
Las muestras de antigua maquinaria nos acercan a la imagen de un pasado aún más lejano, donde el hierro se extraía a base de pico y pala y desplazado por carros tirados por animales. Así comenzó la gran epopeya del hierro vizcaino, una historia de grandes fortunas y enormes abusos.
No dejemos que la memoria de los que dejaron su piel en las minas la entierren sólo con el pretexto de volver a sacar probecho de este gran ejemplo de la historia vasca que es Mina Concha II.
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